lunes, 17 de diciembre de 2007

God save their gracious Queen


¡Cuidado con la letra del himno! También es graciosa... en fin, cada uno que decida. Hablo de Inglaterra, Reino Unido, y su magnífica Londres. Imcreíble, impresionante, tremenda, horrorosamente enorme, preciosa, bravísima, exquisita...

El viaje no es reciente pero como el blog lo tengo desde hace muy poquito, pues he metido esto como algo que me apetece contar y compartir. Pues bien, nos fuimos en julio, la primera semana, estaba Londres muy tranquilita porque el resto de los mortales elige agosto para ir. Recomiendo la primera opción, hay menos gente por la calle y los monumentos (museos gratis con su consecuente masificación) no están como la plaza, abarrotá. La libra muy cara y los precios muy altos así que hay que saber moverse y espabilarse para pillar cosas baratas: mercadillos, tiendecillas, ...illas, ...illos, etc. Hay que buscar locales autóctonos porque lo multinacional es igual en todas partes.


Lo mejor de Londres: la seguridad que se siente por sus calles. En todo momento te sientes seguro.

Lo peor de Londres: las distancias. Es una ciudad muy incómoda para visitarla andandi pero con la oyster card te sale muy barato el transporte y éste es muy efectivo. El centro de la ciudad está plagado de buses y taxis. El metro sale por unos seis euros la ida y seis euros la vuelta, no merece la pena con lo estrechito y la calor que hace dentro. Carísimo. Hay que moverse en autobús, se monta uno arriba y ve los monumentos. Otra cosa peor, el agua caliente de los servicios, la cerveza natural (no conocen el serpentín), la omnipresente moqueta, el café aguado (menos el del Nero que está cerca de Picadilly Circus, en todo el centro y parece que estás en las afueras, miren la foto).


La comida es mundo aparte. La típica comida inglesa no se come a no ser que la busques. Eso sí, los que viven allí están todo el día zampando, ni lunch ni dinner ni nada de nada. Los restaurantes-de-la-m-amarilla están llenos desde muy temprano y cierran muy tarde. Hay muchas pizzerías, italianos, pakistanís... muchos locales y muy variados, igual que los horarios. Y después de una comidita, buscas por las entrañas de los barrios algún pub de estilo cuidadito y a disfrutar de un fin de jornada; allí, el día acaba a las seis o siete de la tarde.
Contaría cuarenta mil cosas más de Londres pero se me viene todo de golpe y tendría que ordenar las ideas, para esto último no tengo tiempo. Además, no soy un experto en la ciudad, sólo que he estado varias veces y me encanta. Y si tú vas algún día, seguro que no te deja indiferente. Ah, me faltan dos fotos que poner pero primero me las tengo que maravillar porque son muy grandes; y como éstas, las fotos son intelectualmente mías, las he tomado yo, que no me venga nadie con cuentos. Vale?

Pd. Panorámica de Londres desde Greenwich (que se dice grinik o algo así)

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