lunes, 14 de enero de 2008

Diario nevero (y V)

6 de enero de 2008

Quinto y último día de navegación

La experiencia de la nieve merece la pena. Ha sido genial. Todo ha ido de maravilla. Y pensar que he vivido sin ello.

Mis sueños de esquiador profesional se han ido al garete después de las tontas caídas de hoy. No he mantenido la atención suficiente, me he confiado demasiado y he ido de listo. Consecuencia: cansancio, desidia, malestar y aburrimiento. La culpa, que siempre hay algo que tiene la culpa, es de la nieve que cambio de estado, de polvo pasó a hielo. Cuando aprendimos a esquiar lo hicimos con nieve polvo o nieve en polvo, aún no sé cómo se dice, pero hoy la nieve se encontraba un poquito más compacta siendo más difícil hacer la cuña y los giros. Total, un coñazo.

De todas formas, todo fue de maravilla. Creo que me ha gustado muchísimo la experiencia y he conocido nuevos límites para mi capacidad física (jar). He pretendido con todo esto contar cómo me lo he pasado en cuatro días de nieve. Me queda mucho que aprender y seguro que siempre será con monitor que, por cierto, era tocayo y nos ha enseñado bastantes cosas pero lo mejor ha sido el tener confianza en nosotros mismos y controlar. Gracias también a los demás del grupo por la experiencia.

Dentro de poco, más.

No hay comentarios: